Capítulo 451
Al verla alejarse, Henri sintió que el pecho le ardía. Cerró el puño con fuerza y lo llevó a la boca, mordiéndolo, como si ese gesto pudiera contener la rabia y la desesperación que lo dominaban. Quería desaparecer de allí, esfumarse de una vez por todas, pero sabía que no podía hacerlo, no mientras