— ¿Qué milagro es este que no viniste con tu chofer? — preguntó al subir al coche.
— Bueno, hoy vamos a hacer cosas de chicas, no quiero que nadie nos interrumpa. Además, si mi chofer me ve entrando en una clínica obstétrica, llamará inmediatamente a mi esposo, que pensará que me está pasando algo.