Alimentarse de ella.
—Entonces hazlo, mátame.
El hombre miró a la mujer con sumo interés y un nivel máximo de frustración cubierto de furia arremolinándose en sus ojos.
El descaro de ella.
Ella era solo una mascota, pero se considera una princesa.
Debería ser vil y repugnante, pero, curiosamente, esta pequeña criatura tenía un aura elegante y una personalidad feroz. Ella era nada menos que un petardo que podía quemar reinos si la dejaban con vida.
No es de extrañar que su padre comprara a una mocosa como ella y la llevara a juicio.
Él sabe cuánto odiaban la mera presencia de humanos, pero tener a esta chica malcriada e irrespetuosa en su habitación durante dos días seguidos podría ser una tortura letal, por eso se fue a cazar.
Pero Draco conoce demasiado bien a su padre. Estaba escondiendo algo. Matarla no será lo único.
Se le había ocurrido que, con una pizca de más cabello gris en la cabeza, el anciano se estaba acercando a los humanos.
Esta fue la razón principal por la que Draco quería tomar el t