CAPITULO 5

Mi corazón palpitaba con rapidez y fuerza, siento que el aire desaparece a mi alrededor desde que lo vi parado frente a mi mejor amiga, tenía muchos sentimientos encontrados; alegría, ansiedad, enojo, tristeza, rencor y no me moví de mi lugar, no podía ya que no sabía que hacer o que decir o como reaccionar

—Amiga, no es lo que piensas—dijo Selene al darse cuenta de mi presencia, se acercó a mi preocupada mientras me miraba fijamente. —Layla…

— ¿Qué hace aquí? —pregunté dejando de observarlo para mirar a mi amiga. —¿Qué hace él aquí?

—Intenté detenerla, pero ya estaba adentro de la casa cuando leí tu mensaje—dijo muy agitado Max. —Quise decirte, pero saliste antes de que pudiera alcanzarte.

—Lo siento Laila, Lucas llegó hace unos cinco minutos, si hubiera sabido antes… que el vendría... no te habría dicho que vinieras.

Todos ellos eran como ecos al hablarme, sentía su mirada sobre mi, lo sentía ya que no me quitaba los ojos de encima, me enfadaba demasiado me molestaba que me viera porque no conoce la vergüenza

Selene estaba demasiado preocupada y recordé que estaba embarazada y no podía tener emociones fuertes, pero no podía evitar sentirme molesta si la persona que me juró por segunda vez siempre estar a mi lado volvió a irse y después de tanto tiempo vuelve como si nada.

— ¿Laila?— Oliver venia bajando las escaleras, al verme salió corriendo hacia a mi logrando apaciguar mi enojo. —Que bueno que hayas venido. Te extrañé

—Peque… — me coloqué en cuclillas abrazando al hermano de Selene y acariciando su cabello. —Has crecido mucho.

Oliver ahora tenía siete años, ya no era aquel bebé regordete de tres años que conocí, aunque siempre seguía siendo encantador y adorable.

—No sabía que vendrías, mi hermana no me dijo nada—se alejó de mí y mis hijos se acercaron a él después de saludar a Selene y Max. —Me alegra mucho que estén aquí

—Es que... estoy de pasó —salir de este asunto es lo mejor que puedo hacer para irme de aquí lo más pronto posible ignoro su presencia porque no quiero enfadarme y perder la cordura —No nos quedaremos mucho tiempo

—¿Cómo que de paso? Si acabas de llegar. —dijo Selene cruzándose de brazos molesta

Mis hijos se molestaron conmigo ya que ellos querían quedarse, y me sentía mal ya que por no querer ver a Lucas los quería obligar a irnos; no sabía que hacer, bueno, si sabía, quería golpear a Lucas por imbécil y mentiroso para desahogarme .

<<10 de junio del 2016>>

Lucas detuvo sus pasos en el marco de la puerta aun dándome la espalda, me aterraba la idea de que vuelva a engañarme como la última vez, pero sus palabras fueron más sinceras o es lo que mi corazón quería creer

—¿No me estás mintiendo? —empecé a caminar hacia a él. —¿no me estás engañando?

—Te pido que confíes en mí —giró sobre sus talones tomándome de mis delgados brazos haciendo que lo viera a los ojos. — En verdad te amo y quiero estar contigo, dame la oportunidad de demostrar que mis palabras son sinceras —me soltó para tomar mis manos y besarla con sutil delicadeza —Por favor.

—Una— musite bajando mi cabeza viendo hacia al suelo. —Una oportunidad, y si me fallas...— lo mire a los ojos advirtiéndole con temor en mis palabras. —Solo…

—Prometo no defraudarte.

Desde ese día todo fue perfecto para mí, fuimos a la boda de mi amiga juntos y me sentía tan dichosa de saber que por fin lo había conseguido, en verdad parecíamos una pareja frente a todos y ya me había hecho muchas ilusiones de un futuro juntos. Pero cuando llegó el día en que se iría de nuevo por asuntos de la empresa de su familia, lo acompañé al aeropuerto de Phoenix y con mucho dolor me despedí de él. Cuando cayó la mañana siguiente, ansiosa, esperé alguna llamada de él o siquiera un mensaje cada día durante tres meses, pero nunca volvió a llamarme y menos a buscarme demostrando que sus palabras solo fueron para tener una diversión mientras se quedaba y volvía a Venecia.

Actualidad

—Nos quedaremos por un rato, pero en una hora nos iremos.

No quería quedarme mucho tiempo porque me atormenta la rabia y los deseos de encararlo y decirle todo lo que siento ahora, porque lo odio por todo lo que ha hecho, lo que me ha hecho a mí.

Mis hijos emocionados subieron con Oliver a su habitación mientras emocionados decían que jugarían videojuegos.

—Buenas tardes… Laila…

—Que tienen de buenas — reproché molesta —Claro. Un mentiroso como tú siempre tienen buenos días, tardes y noches.

—Laila déjame explicarte lo que paso yo... es que no podía…

—¿No podías? — me burlé por lo absurdo que suena —¿Enserio me dices eso?

Escuchamos unos taconeos provenientes de la entrada de la casa y cada vez más se acercaban más hacia acá, le pregunté a mi amiga pero ella no me dio respuesta alguna, volteamos y solo pude sonreír de lado al ver a la mujer

—Lucas, ¿ todo está listo?

Es irónico, enserió no podía creerlo, claro, es algo que no debería de sorprenderme, es típico de él que al obtener lo que quiere, se marcha y se busca algo mejor, típico de los Sallow, no. Típico de Lucas Sallow

—Hijo de ... — me enfurecí al ver que no tenía vergüenza de traer a esta tipa a la casa —Encima… la traes a la casa de mi amiga.

Mi amiga vio mi alteración y se asustó tanto y eso hizo que su esposo la alejara de mí.

—Yo… lo siento— desvío su vista de la mía al no tener palabras para explicarme —No quería… causar estos problemas

La chica entró hasta la sala ignorándonos por completo y con dulzura besó los labios de Lucas castamente para después abrazarlo. Eso había sido un golpe duro para mí porque aún seguía amándolo y el muy desgraciado no la alejó ante sus muestras de cariño.

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