Capítulo 66.
Génesis suspiró al abrir los ojos y verse en el camarote sola. Estaba con ropa limpia y al fin había descansado lo suficiente después de horas en las que tuvo que permanecer alerta.
Se amarró el cabello en un moño alborotado que dejó de esa forma a propósito. Su camisa con cuello alto la cubría del frío matutino, como también lo hacía el pantalón de cuero y los botines que se colocó. Encontró un abrigo en una silla y sonrió al ver una nota firmada por una L con lápiz de tinta rosa.
“Un obsequio que vas a ocupar mucho.”
En eso no se equivocó. El frío en medio del mar era algo delicioso, pero no pensaba pasarlo desprotegida. Además, le quedó a la perfección con lo que vestía.
Todos estaban reunidos en el comedor donde comían lo que prepararon para todos, mientras Joseph no le quitaba los ojos de encima a su hijo aún a través de una cámara, pues estaba evitando que el concejo regulador se hiciera de decisiones que no les correspondía sobre el clan. Pero igual le preocupaba Mateo