—¿Una actriz de primera línea sin papeles?
—Camila, ¿y si probamos con roles que no sean protagónicos? —sugirió el asistente.
—¡Tonterías! —Camila lo fulminó con la mirada—. ¿Alguien de mi calibre necesita rebajarse a hacer papeles secundarios? ¡Qué ridículo!
El asistente no se atrevió a decir más.
Pasaron varios días más...
Camila finalmente cedió y volvió a llamar a los directores, esta vez buscando papeles de segunda o tercera protagonista.
—Lo siento, ya tenemos a alguien.
—Señorita Reyes, no es adecuada para el papel.
Seguía siendo rechazada.
En su camerino, Camila arrojaba furiosa los costosos cosméticos.
Incluso ofreció actuar sin pago, y aun así los directores se negaron.
Camila estaba al borde de la depresión.
—Camila, me enteré de que una producción está haciendo audiciones abiertas para la protagonista, ¿por qué no lo intentas? —sugirió nuevamente el asistente.
Era una producción que preparaba una adaptación de novela fantástica muy popular, una serie que garantizaba una eno