—Beatriz, permíteme llevarte de regreso a Capironda. Esta vez, conmigo a tu lado, nadie podrá hacerte daño.
Félix miró a Beatriz con un toque de arrogancia en su rostro. Él no permitiría que ella sufriera, no como con Xavier, un inútil.
—Umm —Beatriz asintió con la cabeza, y en sus hermosos ojos se