Xavier estaba concentrado, sin darse cuenta de las variaciones en la expresión de los ojos de Beatriz.
—Voy a empezar —advirtió, luego tomó ese perfecto pie en sus manos.
La sensación en sus manos era suave y cálida. Los ojos de Beatriz se agitaron violentamente, y su cuerpo se tensó por completo.
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