En el mismo momento en Capironda.
En la oficina del vicepresidente de un rascacielos de hasta cien metros de altura.
Una mujer de mediana edad estaba apoyada firmemente en un sillón frente a la amplia ventana de la oficina, tomando una llamada telefónica cifrada.
—¿Cómo? ¿El intento de asesinato fal