—¡Señorita Serrano!
Uriel y Triana vieron a Beatriz y Carmen llegar a la puerta del hotel y fueron a recibirlas de inmediato.
—¿Por qué aún no se han ido?
Beatriz frunció el ceño de inmediato.
Triana, frente a la mirada fría de Beatriz, se quedó sin palabras por un momento, sin saber cómo responder.