La expresión facial de Sonia no era nada agradable. Sin embargo, ella contestó la llamada.
—Lo siento, no tengo tiempo.
Solo unos segundos después, Sonia colgó con rabia. Pero pronto, el teléfono móvil sonó de nuevo. Esa vez, era su tía quien la llamaba.
Ella respondió el teléfono nuevamente y le di