—¿Has regresado?
Silvia levantó la mano para cerrar el piano y se puso inmediatamente de pie.
Julio, con su figura imponente y esbelta, se apoyó en el marco de la puerta.
—¿Por qué dejaste de tocar?
Antes estaba muy ocupado con el trabajo y ni siquiera sabía que Silvia tocaba tan bien el piano. So