Julio lo miró profundamente.
—No hace falta, ya le he prometido a ella.
Una sombra de gran decepción cruzó por los ojos de David, quien no pudo evitar preguntarle: —¿No es cierto que odias aparecer en este tipo de eventos?
Julio percibió algo inusual en él y le respondió con total indiferencia: —¡Si