Julio escuchó en silencio, pero no refutó nada.
Fue su falta de respeto hacia Silvia lo que llevó a que ni su amigo David, ni su madre Nadia, ni siquiera su asistente Adrián, o los sirvientes de su casa, respetaran o apreciaran a Silvia. Todos la despreciaban.
David recibió una inmediatamente llamad