Susy comenzó a reírse a carcajadas sonoras, pero Donovan no se inmuto solo apretó con más fuerza su muñeca hasta casi romperle el hueso y fue ahí cuando Susy se dio cuenta de que no estaba logrando el efecto deseado.
“¿Deberíamos detenerlo?”, Tristan sonaba preocupado.
“No, dejalo que le arranque el maldito brazo. Me gusta mucho verlo sufrir”.
-¡Claro que no!, su prometido es un tipo gordo y viejo, aunque sea un príncipe. - Susy se lanzó el cabello oxigenado hacia atrás.
Donovan comenzó a reírse aún más fuerte que ella y volteo a verme antes de guiñar el ojo.
&nbs