—¿Me estás tomando el pelo?
Quintina no sentía ninguna simpatía hacia el extraño hombre frente a ella. Al escuchar eso, su furia se desató de inmediato y levantó el puño para golpear con fuerza la cabeza de Lorenzo.
—¡Quintina, detente!
En un momento muy crítico, Damon y los miembros de la familia Barceló llegaron justo a tiempo, gritando para detenerla. Irene no los siguió.
Pero Damon aún quería darle cierta consideración al hombre. Miró de reojo a Lorenzo y le dijo con gran desprecio:
—Muchacho, ¿dices que puedes curar la enfermedad de mi hija? Te advierto, la familia Barceló también es muy influyente en la provincia, y las consecuencias de jugar con nosotros podrían ser definitivamente muy graves. Incluso si tienes a Irene para protegerte, ¡tendrás que pagar un alto precio!
Lorenzo respondió con total indiferencia:
—Entonces, deciden si quieren que la cure o no. Si siguen hablando más tonterías, me negaré a hacerlo en lo absoluto.
Al escuchar eso, Quintina estaba totalmente furios