Capítulo150
Gabriela estaba totalmente incrédula: —¡Esto… esto es…!

En la foto, Lorenzo llevaba una túnica púrpura, y a su lado, ¡un anciano de pelo escaso estaba disfrutando de servirle un lavado de pies! Era el gran médico doctor Soto, uno de los diez médicos más famosos de Largolandia, ¡su venerado maestro!

—¡Esto no puede ser cierto! ¡Esto tiene que ser un verdadero montaje, no puedo creerlo! —refutó Gabriela histéricamente.

Era inconcebible que su maestro, una figura tan respetada, ¡estuviera sirviendo humildemente a Lorenzo! ¡Esto trastornó por completo su impresión del solemne y digno gran médico doctor Soto!

Lorenzo se burló con gran sarcasmo: —¿No me crees? ¿Quieres escuchar su voz? ¿Quieres que le llame?

Sin esperar respuesta alguna, marcó inmediatamente un número y Gabriela escuchó una voz que le resultaba muy familiar al otro lado.

—¡Ah! ¿Señor Águila? ¡Qué sorpresa, es un gran honor recibir su llamada! —el doctor Soto lo estaba adulando.

Lorenzo le preguntó: —¿Tienes una discípula lla
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