No soy quien manda

Jane

Desperté algo cansada pero inconscientemente con una sonrisa en los labios. No sé cómo describir esto que ha sucedido, pues me lo creí tan diferente a como Maggie me lo había contado, que, al ver la realidad, me sorprende el hecho de no sentirme mal. Todo lo contrario, aunque arde un poco mi parte intima, es un dolor soportable. Dereck Cooper aun duerme a mi lado y se me hace tan tierno verlo por fin en silencio sin estar tirando esas palabras que me hacen enojar. Así debería de ser siempre, tratable, amable, tranquilo y sin ser tan déspota o egocéntrico. Traté de levantarme, pero su mano se aferró a mi brazo, se me estuvo extraño, ya que en ningún momento dormimos abrazados. O sea que me ha pillado viéndolo.

—Buenos días, Wilson — sonrió ladeado y mi corazón se aceleró muchísimo. Tiene una voz muy sexy cuando
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