-Buenas tardes, Princesa.- me saluda Chamuel. Su voz grave y masculina produce en mis oídos una dulce sensación y con mis manos temblorosas sujeto el borde de mi vestido mientras bajo las escaleras a su encuentro.
Nuestros ojos no se separan un momento y cuando llego abajo a su lado soy consciente de que mi mamá nos mira con adoración, aunque creo que su atención se fija más en Chamuel que en mí.
-Yo, necesito una foto de esto.- como si se estuviera despabilando la veo rebuscando en su pantalón hasta que consigue su teléfono.
Me río un poco nerviosa mirando a Chamuel por las