Mi hora de almuerzo transcurría en relativa tranquilidad.
-¿Quieres probar?- le pregunto a Chamuel sentado frente a mí vistiendo aún como un budista. No ha comido nada y sólo me mira mientras yo me alimento.
-Nosotros no necesitamos comer en realidad.- me responde enderezándose en la silla después de estar buen rato con la manos sosteniendo su barbilla mientras me observaba.
-Pero siempre te comes lo que mi mamá te ofrece…- le comento recordando las varias oportunidades en que incluso él se ha ofrecido a alimentarme directamente de su mano.
-Sería irrespetuoso rechazar la comida de mi suegra- me guiña un ojo al decir eso, y sonrío brevemente negando con la