Capítulo seis

—Me alegra que me hayas ayudado.— Dijo Grace después de abordar el asiento de copiloto del auto de Hawkins, —Alonso es demasiado impulsivo y tenía miedo de que me hiciera daño o que me llevará a la fuerza.

—Por lo que pude notar ese tal Alonso del que me hablas es sumamente peligroso.— Dijo Jhonathan encendiendo el motor de su auto, —Yo te recomiendo que pongas una denuncia y por ende una orden de alejamiento.

—Eso mismo es lo que he estado considerando.— Dijo ella, quedándose pensativa, —Pero Alonso es un hombre que no lo detiene nada. Por lo tanto, creo que una orden de alejamiento no será suficiente para detenerlo.

Jhonathan Hawkins estaba acariciando el volante de su auto. Estaba pensativo, tratando de llegar a una solución inmediata.

—¿Dónde queda la casa de tu hermana, Paula?—Preguntó. Ella le dictó la dirección.

—Paula es mi única hermana. Ella dentro de poco tiene que viajar a Phoenix porque se le presento una oportunidad allá para sus clases de natación.— Dijo Grace unos minutos después cuando iban en camino.

—Me encantaría conocerla.— Dijo él, tomando una breve curva que era la última para llegar a la casa de Paula.

—Y ella estará feliz de conocerte.

Unos segundos más tarde habían llegado a la casa de Paula Clark. Jhonathan Hawkins desde el lado del piloto y a través de la ventana, pudo notar que era una propiedad humilde y al mismo tiempo hermosa.

—La casa de tu hermana es sumamente hermosa.— Dijo él con una admiración cien porciento sincera.

—Y creeme que ella también es una buena persona.— Dijo ella y antes de bajarse del auto, le dijo en voz baja: —Buscare mis cosas y le dire a Paula para que salga.

Grace se bajo del auto y se fue caminando hasta que llegó a la puerta de la casa. No tenía ninguna necesidad de tocar porque tenía acceso libre en la propiedad.

—Paula.—Dijo ella. Su hermana estaba viendo una telenovela de esas antiguas en el televisor, —Afuera está Jhonathan Hawkins, ¿Podrías salir para hablar con él mientras yo guardo mis cosas en la maleta?

—¿Te vas a mudar a la casa del CEO Hawkins?—Paula la miro de manera asombrada y apagó el televisor, —Bueno, ve a hacer tus maletas y yo voy a salir para conocerlo.

Grace le dió las gracias y subió para hacer sus maletas. Era la segunda vez que se tenía que mudar en tan poco tiempo.

(⁠◔⁠‿⁠◔⁠)

—¿Eres Paula Clark? ¿Eres la hermana de Grace?— Jhonathan le preguntó cuando la vió acercarse al vehículo. Por lo tanto, decidió por cortesía descender del mismo para platicar mejor.

—Paula Clark. La hermana de Grace y futura profesional en la natación.— Dijo ella, extendiendo su mano hacia él, —Es un honor tener frente a mi casa al mismísimo dueño de Suministros de Brillo Hawkins.

—Grace me contó que dentro de poco tienes que viajar a Phoenix, ¿Necesitas ayuda económica para el viaje o para el hospedaje?

Paula se llevó una mano al mentón. Tenía el cabello rubio suelto y el viento ligero de la ocasión lo movilizaba de manera lenta y repetitiva.

—Los gastos para el viaje y para mi hospedaje ya están a cuenta de la academia de natación.— Paula formó una sonrisa, —Por lo tanto, creo que no voy a necesitar de su ayuda.

—Estamos a la orden.— Él sonrió. En el fondo sabía que ella estaba siendo sincera y admiraba que no fuera como otras mujeres que en su caso hubieran pedido ayuda económica para un centenar de cosas.

—Ya he culminado de recoger mis cosas.— Dijo Grace que venia rodando una maleta, —Ya veo que ustedes dos se acaban de conocer.

—Paula me estaba contando sobre su viaje a Phoenix.— Dijo él sonriente, —Tengo que reconocer que admiro que tu hermana sea fanática de la natación y practicante de la misma.

—Paula no se va a Phoenix por la natación.— Grace miro a su hermana, tratando de contener la risa, —Yo creo que ella en realidad tiene un galán allá y por eso se quiere ir para allá.

—Eso es mentira.— Las mejillas de Paula se pusieron rojizas por unos segundos, —Mi viaje a Phoenix es para mi futura carrera en la natación.

—Paula, ¿Cuándo te vas?

—En un par de días.— Contestó Paula.

—He estado pensando en organizar una actividad especial antes de tu viaje para despedirte.— Dijo Grace.

—Me parece una buena idea. Podemos organizar una cena.— Agregó Jhonathan, —¿Qué te parece, Paula?

—Me encanta la idea.— Contestó Paula.

Los tres platicaron de temas al azar por un par de minutos más y después Jhonathan Hawkins dijo que se tenía que retirar y por ende Grace tenía que despedirse de Paula.

—Nos olvides la cena, Paula.— Grace la abrazo.

(⁠◔⁠‿⁠◔⁠)

—Paula es idéntica a tí.— Dijo Jhonathan cuando iban de camino a la casa de él, —La única diferencia es que ella tiene el pelo liso y tú lo tienes ondulado. Interesante.

—Y es sumamente natural.— Agregó Grace, —¿Sabes tengo un poquito de nervios?

—¿Por qué?— Él la mor de reojo.

—Es primera vez que vivire en la casa de alguien adinerado y...— Ella paso saliva por su garganta, —Tengo miedo de que Alonso se aparezca y sea capaz de cometer una locura.

—Si ese tal Alonso se atreve a venir a mi casa es posible que termine tras las rejas.— Dijo el con confianza, —Grace, no tienes porque preocuparte de ese poco hombre.

Unos minutos después llegaron a la casa de él. Grace al mirarla quedó asombrada ya que creía que al ser el dueño de una prestigiosa empresa de productos de limpieza, seguramente viviría en una mansión. Pero la realidad era que era una casa sencilla como cualquier otra.

—Me encanta tu casa, señor Hawkins.— Dijo ella con admiración.

—Me puedes llamar Jhonathan.— Agregó él, —La casa fue propiedad de mi difunto padre y desde su partida física me ha pertenecido. Nunca me ha llamado la atención la idea de vivir en mansiones. Pero quizás en un futuro tome esa idea.

—Es primera vez que escucho un millonario que prefiere vivir en una casa sencilla antes que en una mansión.— Grace estaba bajando del auto.

—Vamos para que conozcas el interior de mi casa.

Ambos caminaron hacia la puerta. Él la estaba ayudando con sus maletas y ella caminaba detrás de él. Unos segundos después estaban frente a la puerta.

—Mariana, ¿Puedes abrir?— Dijo él, —Mariana es mi sirvienta.

Unos segundos después la puerta se abrió y una mujer una década mayor que Grace abrió la puerta. Mariana tenía la piel blanca y el cabello corto de un color negro oscuro. Además de una apariencia misteriosa.

—Mariana, lleva las maletas de Grace hasta la habitación que hemos preparado.— Ordenó Jhonathan Hawkins.

Mariana no dijo palabra alguna. Pero obedeció a la orden y tomo la maleta de Grace para llevarla a la habitación.

—Puedes sentarte.— Dijo él con amabilidad.

Grace se sentó en uno de los muebles tapizados con brocados de la sala. Estaba admirando la sencilla y al mismo tiempo prestigiosa cada de él.

—Mariana, Grace a partir de este día va a vivir bajo éste mismo techo porque ella será mi vientre en alquiler.— Dijo él cuando vio que Mariana regresaba a la sala, —Por lo tanto, tienes la orden de atenderla en lo que ella necesite.

—Sí, señor.— Dijo Mariana y sus ojos negros se encontraron con el rostro de Grace.

—Grace. Mariana te va a llevar a tu nueva habitación.— Dijo él, —Yo tengo que ir a la empresa para una reunión. Regreso en una o dos horas.

Mariana asintio con la cabeza y le hizo señas a Grace para que la siguiera. Está última entró a su nueva habitación y se sentó a orillas de lo que sería su nueva cama.

—Ya el señor Hawkins se retiro.— Dijo Mariana con seriedad, apoyando su espalda contra la puerta de la habitación, —¿Cómo se siente ser la vientre en alquiler de el señor Hawkins?

—Si te soy sincera, nunca llegue a pensar que iba a ser seleccionada.— Grace sonrió. Pero su sonrisa se esfumó al notar que Mariana la miraba con seriedad, —¿Qué pasa?

—Te doy un límite de tiempo.— Mariana hablo con seriedad, —Antes de verte huyendo o con las ganas de quererte ir de esta casa.

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