Dos días después
Suspiro profundo. El viaje me tiene agotada física y mentalmente, al punto que no he llorado una sola vez. No tengo energía para ello y mucho menos, deseo darle esa satisfacción a Danell y Flavia.Por lo que, solo me concentro en llegar pronto a la isla y es eso lo que hago con ayuda de una pequeña lancha que alquilo y una brújula que aprendí a usar gracias a varias clases de marinos.— Por fin has llegado, Dove. — digo mirando la isla frente a mí.— ¿Está segura de que quiere estar allí? No he escuchado de que alguien viva aquí, ni siquiera sabía que existía. — dice el hombre que se encarga de direccionar la lancha hacia donde le he pedido llegar.— Solo voy a buscar unas cosas. Mi esposo vendrá pronto en helicóptero, tranquilo. — digo y él asiente apagando el motor cerca de la ori