Respiro profundo y miro la pantalla ignorando todo lo que me rodea. No pienso en mi vida amorosa terrible o en todo lo que estuve involucrada no agradable para Dios, porque entonces sabría que no importa lo mal que me vaya, no compensará todos los errores que he cometido.
— Dígame si hay algo mal apenas lo vea, por favor. — digo en una súplica agonizante.— Tranquila, no necesitas preocuparte, ya te lo he dicho. — dice el doctor y yo asiento suspirando profundo mientras coloca el gel en mi vientre.— ¿Cuánto tiempo llevas? ¿Seis meses o más?— No, si las cuentas están bien, apenas estoy al inicio del segundo trimestre.— ¿En serio?— Tu vientre parece de seis meses, ¿eras de contextura gruesa antes de embarazarte? — pregunta el doctor.— No, ella era tan delgada que parecía muchas veces que estuviera en des