Carlos
Día de la cacería
Ver a Luisa volar por los aires fue la escena más chistosa y a la vez más preocupante que había presenciado en toda mi vida, fue una mezcla entre tratar de no morir de risa y de socorrerla a como diera lugar; luego se desmayó.
La tomé entre mis brazos y como pude la saqué del corral de los cerdos y le dije al chico que se encarga de ellos que lo llevara a la cocina y lo cocinaran pero para ellos, ya que nosotros ya teníamos mucha comida para este evento. Después subí a Luisa sobre el caballo, me subí yo y poco a poco regresé hasta la casa para poder recostarla sobre la cama; despertó cuando le limpiaba el rostro lleno de lodo.
Lui