Rápidamente salta del sofá y abre un poco la cortina. En efecto, se percata que está afuera—No, puede ser...
Abre la puerta y lo ve ahí de pie, él saluda con la mano y con una sonrisa. Johanna se acerca a él y saluda.—Hola, Ángel... am, ¿y esa... sorpresa de qué hayas venido?—finge una sonrisa.—Pase por aquí y quise visitarte, me preguntaba sí querías ir a comer algo...—se acerca a ella esperando con ansias una repuesta de su parte.—Parece que todo el mundo pasa por aquí—agrega con sarcasmo y ríe. —Y no, no puedo ir contigo, además que estoy cuidando a mi primo—responde con una sonrisa.—Lo sé... si quieres, puedes invitarme a pasar—responde en un tono sarcástico.Johanna frunce el ceño.—Era broma...—sonríe. —¿Qué te parece el sábado?—pregunta entusiasmado e ilusionado—El sábado tengo un compromiso, y dudo que lo cancelen—responde.—Tal vez puede que te cancelen ese compromiso y así podemos salir