Capítulo 106: De Todo
Ciertamente el plan del divorcio forzado era un plan simplemente irreal porque ese tipo de medidas realmente no era real, ya que aún existen matrimonios donde uno de los cónyuges está encerrado en prisión y se niega a dar el divorcio por el mero hecho de fastidiar al otro.
Pero si quien exigía eso era un miembro de la familia Rossi, la situación cambiaba porque ellos lo conseguirían al cobrar un favor de los muchos que se les deben.
Aunque claro… eso era un secreto a voces.
Tras despedirse de la familia, Erika se fue al bufete porque tenía trabajo pendiente.
Estaba acomodando algunos documentos en ese momento, ya que sus dos clientes estaban en posiciones algo delicadas y es obvio que ella debía moverse para ayudarlos.
Justo en eso tocaron la puerta.
- Adelante – dijo ella sin quitar la vista de su ordenador.
- Hola – saludó la persona mientras abría la puerta e ingresaba a la oficina.
- ¡Hey! – habló Erika sonriendo al ver quien era.
- Traje un servicio de desay