La felicidad nunca es duradera, a veces está acompañada por un sinfín de complicaciones. No pensaba en eso aquella mañana, cuando desperté en los brazos de Christian Daleman sintiéndome libre de tensión y preocupaciones. Mi lado él seguía dormido, sus ojos cerrados y rostro completamente relajado. Nunca había notado lo tenso que siempre lucía hasta ahora, cuando lo veía tan libre de todas las obligaciones y preocupaciones que inundaban su día a día. Despacio se acomodó, colocando su cabeza junto a la mía, nuestros cabellos rozándose sobre la almohada.
- ¿Qué ho