17

PHOEBE

Me siento asustada y dolida al darme cuenta de que Luke no está en la mansión, había ido a buscarlo a desearle los buenos días, totalmente en vano. Siento que mi corazón late con fuerza en mi pecho y la sensación de que algo terrible va a pasar me invade.

Terrance se acerca a mí con preocupación en su rostro. 

—¿Qué pasa, Phoebe? ¿Dónde está Luke?

—Se lo han llevado, Terrance—digo con la voz temblorosa. —No está aquí y creo que lo han secuestrado.

Mi voz se quebró cuando le dije a Terrance que Luke no estaba en la mansión. Sentí un nudo en mi estómago y un temblor recorrió todo mi cuerpo. ¿Cómo podía haber sucedido esto? ¿Cómo podía haber dejado que mi hijo fuera secuestrado? Me sentía asustada y dolida al mismo tiempo.

Terrance se acercó a mí y me abrazó con fuerza, tratando de reconfortarme. 

—Tranquila, Phoebe—dijo suavemente. —Vamos a encontrar a Luke. No permitiremos que le hagan daño.

Traté de controlar mi respiración y secar mis lágrimas mientras Terrance hablaba con los demás para intentar obtener información sobre el secuestro. Me sentía impotente, sin saber qué hacer para ayudar en la búsqueda de mi hijo. Pero sabía que tenía que mantener la esperanza y tener fe en que lo encontraríamos sano y salvo.

Terrance parece sorprendido por mis palabras, pero rápidamente se recupera y se pone en acción. 

—Tenemos que encontrarlo, Phoebe— dice con determinación. —No podemos dejar que Eduardo se salga con la suya.

Asiento, sintiendo mi miedo convertirse en determinación. —Lo sé, Terrance. Vamos a encontrarlo juntos.

Nos dirigimos hacia la puerta de la mansión, listos para emprender la búsqueda de Luke y enfrentar a lo que hiciera falta cuando Terrance se gira mira a sus guardias y les pide que me custodien.

—Necesito que cuiden a Phoebe mientras salimos en busca de Luke. No puedo arriesgar su seguridad —dice con seriedad como si no admitiera debate, y en momentos como ese no había manera de debatirle nada a Terrance Black.

Me siento un poco molesta ante la idea de que me custodien, pero al mismo tiempo entiendo la preocupación de Terrance. Asiento con la cabeza en señal de acuerdo, mientras los guardias se posicionan a mi alrededor.

—Volveré pronto, lo prometo con Luke de la mano —me dice Terrance.

—No hables con nadie ni salgas bajo ningún concepto…—amenaza.

Terrance me mira con seriedad y me da sus instrucciones. Su tono es firme y decidido, pero puedo ver la preocupación en sus ojos. Asiento con la cabeza, prometiendo seguir sus órdenes al pie de la letra.

—Entendido, Terrance. No hablaré con nadie y no saldré de aquí hasta que volvamos con Luke —le respondo, tratando de sonar lo más segura posible.

Él asiente en señal de aprobación y me da un beso en la frente antes de desaparecer por la puerta junto con sus hombres. Me quedo sola en la mansión, rodeada de silencio y con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho. La preocupación y el miedo se mezclan en mi interior, y me preocupo por lo que podría pasarle a Luke si no lo encontramos a tiempo.

Me quedo parada en la entrada de la mansión, mirando fijamente a la calle, esperando que Terrance y sus hombres regresen pronto con Luke sano y salvo. Pero la preocupación y el miedo me invaden, no puedo evitar pensar en lo que podría pasarle a mi hijo.

Me siento un poco atrapada, como si estuviera siendo vigilada de cerca en cada movimiento que hago. Aunque entiendo que Terrance solo quiere protegerme, no puedo evitar sentirme un poco molesta por la situación. Me gustaría ser capaz de hacer algo, de ayudar a buscar a mi hijo sin tener que ser custodiada como si fuera una prisionera.

Sin embargo, también me doy cuenta de que la preocupación de Terrance es justificada. Estamos en medio de una situación peligrosa y hay muchas personas que querrían hacernos daño a mí, a Luke y a Terrance. Así que decido aceptar la ayuda de los guardias y confiar en que encontrarán a Luke lo antes posible.

Mientras nos dirigimos hacia la puerta de la mansión, siento una extraña sensación de angustia en el pecho. No sé qué ha pasado con mi hijo, pero la idea de que esté en peligro me hace sentir muy mal. Me pregunto qué habrá hecho Eduardo con él, y si lo estará tratando bien. Ese degenerado…

Terrance me da una mirada de preocupación antes de marcharse, y puedo ver en sus ojos que también está nervioso por lo que pueda pasar. Me siento reconfortada al saber que no estoy sola en esto, y que él está dispuesto a hacer lo que sea necesario para encontrar a Luke y traerlo de vuelta a salvo.

Decido sentarme en uno de los sillones de la sala de estar y tratar de mantener la calma mientras espero a que Terrance y los demás regresen con mi hijo. Los minutos pasan lentamente, y el silencio se vuelve opresivo. Me muerdo el labio nerviosamente y me pregunto si podré soportar la espera por mucho más tiempo.

TERRANCE

Me aseguré de que Phoebe estuviera en un lugar seguro antes de llamar a mis hermanos. Sabía que necesitábamos su ayuda para encontrar a Luke. Marcando el número de los Hermanos Black, esperé a que uno de ellos respondiera.

—¿Terrance? ¿Todo bien? —preguntó Roman, uno de los hombres de confianza de mi padre. No me había hecho a esta vida pero ahora era la mía.

—No, Roman. Luke ha sido secuestrado. Necesitamos su ayuda para encontrarlo.

—¡Dios mío! Por supuesto, haremos lo que sea necesario. ¿Dónde nos encontramos?

Les di la dirección de mi casa y les pedí que vinieran lo más rápido posible. Luego, llamé a Jared, Kendall y Caleb.

—¿Qué pasa, Terrance? —preguntó Jared.

—Luke ha sido secuestrado, Jared. Necesitamos tu ayuda.

—Estoy en camino —respondió sin vacilar.

—Kendall, Caleb, necesitamos que vengan a mi casa lo antes posible. Luke ha sido secuestrado.

—¡Estamos en camino! —respondieron al unísono.

Esperé a que llegaran y, mientras tanto, preparé un plan de acción. No podíamos permitir que Eduardo se saliera con la suya. Estaba seguro de que él estaba detrás del secuestro.

Los hermanos Black llegaron en coches lujosos y con un séquito de hombres armados hasta los dientes. Me acerco a ellos y les doy las gracias por acudir a mi llamado.

—Gracias por venir. Necesito su ayuda para encontrar a mi hijo Luke. Lo han secuestrado y necesitamos encontrarlo antes de que sea demasiado tarde —les digo con urgencia.

Uno de los hermanos, el más mayor, me mira con seriedad y asiente con la cabeza.

—Sabes que siempre estaremos a tu disposición, Terrance. Vamos a encontrar a ese chico. ¿Qué sabes sobre los secuestradores?

Le explico todo lo que sé sobre Eduardo y su plan de venganza, y les pido que estén preparados para lo que pueda suceder.

—Eduardo no se detendrá ante nada para alcanzar su objetivo. Debemos estar alerta y preparados para lo que sea que nos depare el futuro —les advierto.

Los hermanos Black asienten en silencio, sus rostros serios y resueltos. Me doy cuenta de que, a pesar de que no son mi familia de sangre, son mis hermanos de corazón, y estoy agradecido por tenerlos a mi lado en momentos como este.

-Kendall, prepárate para hackear los sistemas de vigilancia de la ciudad y buscar cualquier señal de Luke. Caleb, necesito que revises todas las rutas de escape posibles que podrían haber usado los secuestradores. Jared, organiza a los demás hombres y prepárense para salir en cuanto tengamos alguna información concreta. Vamos a traer a mi hijo de vuelta a casa.

Los hermanos Black se ponen a trabajar de inmediato, moviéndose con precisión y eficiencia. Me doy cuenta de que han estado en situaciones como esta antes, y sé que puedo confiar en ellos para hacer lo que sea necesario para encontrar a Luke.

Mientras tanto, mis guardias se mantienen alerta a mi alrededor, protegiéndome de cualquier posible amenaza. Agradezco su presencia, pero mi mente está en otra parte. Todo lo que puedo pensar es en mi hijo, en donde está y si está a salvo.

—Lo encontraremos, Terrance—, dice Jared con determinación en su voz. —No importa lo que pase, lo encontraremos y lo traeremos a casa.

Asiento con la cabeza, agradecido por su apoyo. Juntos, somos una fuerza a tener en cuenta, y no permitiré que nada nos detenga hasta que Luke esté a salvo a mi lado.

—Creo que tengo una pista, las cámaras de la mansión han registrado a una persona…Esa persona es Reachel—suelta Kendall con seriedad. 

No podía ser mi mejor amiga… Nuestra mejor amiga.

La mención del nombre de Rachel hace que mi corazón se acelere y mi mente comience a correr para tratar de encajar las piezas del rompecabezas. ¿Cómo puede ser ella la responsable del secuestro de Luke? ¿Por qué lo haría?

Los hermanos Black parecen igual de sorprendidos y confundidos que yo. 

Jared frunce el ceño notablemente molesto.

 —¿Rachel? ¿La misma Rachel que conocemos desde la infancia?

Kendall asiente gravemente. 

—Sí, la misma. He revisado las imágenes de las cámaras y es ella. La he visto entrar y salir de la mansión varias veces en las últimas semanas, y siempre a altas horas de la noche.

Caleb con su típico tono serio interviene en la conversación. 

—¿Y qué sabemos sobre ella? ¿Alguna conexión con Eduardo o con la mafia?

—No lo sé con certeza, pero sé que Rachel ha estado pasando por momentos difíciles últimamente. Al parecer, ha estado lidiando con problemas financieros y ha estado gastando mucho dinero en apuestas y juegos de azar. Tal vez se metió en algún tipo de problema y se vio obligada a hacer esto.

Nos subimos a los coches con rapidez y sin perder tiempo. Me siento en el asiento trasero junto con Caleb y Kendall, mientras Jared conduce y Roman lidera el camino en otro coche. La tensión en el aire es palpable mientras nos dirigimos hacia el lugar donde se ha registrado la presencia de Rachel.

Durante el trayecto, todos estamos callados, concentrados en nuestros propios pensamientos. La idea de que Rachel pueda estar involucrada en el secuestro de Luke nos hace sentir una mezcla de enojo y tristeza, pero también hay un atisbo de esperanza en encontrar respuestas pronto.

Finalmente, llegamos al lugar que se ha registrado en las cámaras de la mansión. Es una vieja casa abandonada, rodeada de árboles y maleza. Nos detenemos a unos metros de la casa y salimos de los coches, listos para actuar.

Jared y Roman se adelantan para inspeccionar el lugar y asegurarse de que no haya peligros inminentes. Caleb, Kendall y yo nos quedamos detrás, vigilando el perímetro.

De repente, escuchamos un ruido proveniente del interior de la casa. Jared y Roman nos hacen una señal para indicar que es seguro entrar, y avanzamos en formación, listos para lo que sea que nos encontremos.

La casa está en ruinas, con paredes descascaradas y ventanas rotas. Nos adentramos en ella con cautela, nuestros pasos resonando en el silencio. De repente, escuchamos una voz femenina que viene de una de las habitaciones. Es Rachel.

Nos dirigimos hacia donde está ella, y al entrar en la habitación la encontramos sentada en una silla, con la mirada fija en el suelo. Parece que está en estado de shock.

—Rachel, necesitamos que nos cuentes lo que sabes. ¿Dónde está Luke?—pregunto con firmeza, aunque por dentro estoy sintiendo un torbellino de emociones.

Rachel levanta la cabeza lentamente y nos mira, sus ojos llenos de lágrimas.

—Lo siento mucho, Terrance. Fui yo quien lo llevó a ese lugar. Pero no fue por mi cuenta, Eduardo me obligó. Prometió que si lo hacía, nos dejaría en paz a mí y a mi familia—dice con la voz quebrada.

La rabia me inunda, y siento la necesidad de golpear algo, pero me mantengo tranquilo. Ahora lo importante es encontrar a Luke y traerlo a salvo a casa.

—¿Dónde está Luke?—insisto, esta vez con un tono más suave.

Rachel nos da las coordenadas del lugar donde se encuentra Luke, y rápidamente nos ponemos en marcha de nuevo. Afortunadamente, no está muy lejos, y llegamos en pocos minutos.

Al llegar, vemos a Luke atado y amordazado en una habitación oscura. Lo liberamos rápidamente y lo abrazo con fuerza. Siento su cuerpo temblar en mis brazos, y me doy cuenta de lo traumatizado que está.

Me quedo paralizado ante las palabras de Rachel, sin poder procesar lo que acabo de escuchar. ¿Eduardo está con Phoebe? ¿Cómo es posible? Me levanto de la silla en la que estaba sentado y me acerco a ella con furia en los ojos.

—¿Qué estás diciendo?—pregunto, intentando controlar mi voz.

—Oh, lo siento, ¿no lo sabías?—dice Rachel con una sonrisa burlona. —Eduardo planeó todo esto para alejarte de Phoebe y poder tenerla para él. Te engañó a ti y a todos.

Siento una mezcla de dolor y rabia recorrer mi cuerpo. No puedo creer que Eduardo haya sido capaz de algo así. Y lo peor de todo es que Phoebe está en peligro por mi culpa.

—¿Dónde está Phoebe?—pregunto, intentando mantener la calma.

—No tengo ni idea, pero si quieres encontrarla tendrás que hacerlo tú solo, porque no te voy a ayudar. Ahora, si me disculpas, tengo cosas que hacer—dice Rachel levantándose de su asiento en el coche.

La risa de Rachel suena como un eco lejano en mi cabeza, mientras trato de procesar sus palabras. ¿Qué está diciendo? ¿Eduardo está con Phoebe? Mi corazón se acelera y siento que el mundo entero se desmorona a mi alrededor.

—¿Estás mintiendo verdad? —pregunto con voz temblorosa, tratando de contener mi ira.

—Exactamente lo que oyes, Terrance. Eduardo tiene un plan para vengarse de ti y Phoebe es su objetivo principal. Y si no haces lo que él quiere, ella morirá —dice Rachel con una sonrisa malvada.

Siento una mezcla de rabia, dolor y miedo en mi interior. ¿Cómo pude ser tan ciego? ¿Cómo no vi venir esto? Tengo que hacer algo para proteger a Phoebe y a mi hijo.

—Tienes que decirme dónde están —exijo, avanzando hacia Rachel con determinación.

—¿Y qué ganaré yo a cambio? —pregunta ella con una sonrisa burlona.

—Te dejaré vivir —respondo con voz fría.

Rachel parece pensarlo por un momento, y luego asiente con la cabeza.

—Están en un almacén abandonado en las afueras de la ciudad —dice finalmente.

—¡Eres un ser despreciable!—suelta Jared.

—Lo mismo debe pensar Hannah de ti, mira que enterarse que está embarazada de un hombre que se acuesta con prostitutas, debe haber sido un golpe duro para esa virgen de manual—señala ella con malicia.

Noto la ira en los ojos de Jared aún así lo obligo a calmarse.

—¡PAPÁ!—Luke grita, corriendo hacia mí tan pronto como me ve. Corro hacia él, quitándole las ataduras y la mordaza, sintiendo cómo la emoción me llena hasta el borde.

—Estás a salvo, hijo—digo, abrazándolo con fuerza. —Te tengo. Todo está bien ahora.

Luke me mira con sus grandes ojos marrones llenos de lágrimas, y no puedo evitar sentir mi corazón llenarse de amor y alivio. Finalmente, lo tengo de vuelta a salvo en mis brazos.

—Papá, ¿qué está pasando?—pregunta, su voz llena de miedo y confusión.

—Ya te lo explicaré, hijo—digo, acariciando su cabello suavemente. —Pero primero, tenemos que salir de aquí y volver a casa contigo.

Los hermanos Black y yo escoltamos a Luke fuera de la fábrica, y subimos en los coches que habíamos llegado. Con mi hijo a mi lado, siento una sensación de calma y felicidad que hacía mucho tiempo que no sentía.

—Gracias por traerme de vuelta, papá—dice Luke, su voz suave y agradecida.

—No tienes que agradecerme, hijo—le digo, sonriendo. —Soy tu padre, siempre estaré aquí para protegerte.

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