Capítulo 32.

—Sabes que no te dejaremos, ¿verdad?

—Lo sé, por eso me gusta tener muchos planes de respaldos por si uno falla. No debieron detenerme.

—Estás enfermo. No dejaremos que sigas matando gente. Te quedarás en esta silla hasta que la policía venga por ti.

—“Dejaremos”. Esa es la parte que aún no tengo claro. ¿Por qué alguien como tu hermano impediría que haga cosas malas? — y ha sido mi duda desde que llegó a esta ciudad. Así que espero que al menos a él, si se atreva responderle con la verdad.

—Tú lo sabes perfectamente. Me has estado enviando muchos malditos acertijos que ponen en peligro lo poco que me importa en esta maldita vida. —es la primera vez que lo veo tan molesto y serio cuando habla de algo.

—Y debo reconocer que es verdad. Mírate, encontraste a Jack y ahora están justo donde l

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