—¡Jakky por Dios! No podemos hacer esto… —exclamó el mayor de los hermanos.
—¿Qué es lo que no podemos hacer? ¿Salvarte? ¿Salvar a la empresa? ¿De qué m****a estás hablando?—Jakky entiende…—¿Crees que no podemos? ¿Qué Darío no puede ayudarte?—No es eso y lo sabes —dio una vuelta alrededor de la mesa con una mano en la cintura y la otra corriendo por su pelo en franca desesperación.—¡Ilumíname! ¿Qué es lo que no entiendo según tú?—De mí se ocuparán los médicos… en su momento —miró al cielo clamando por paciencia—, y la empresa… ya veremos… resolveremos de alguna manera, buscaremos la grieta o la generaremos, delegaremos en alguien más.—Mi hijo está preparado para esto…—Tu hijo está enamorado… ¿vas a hacerle esto? ¿Vas a separarlo de Emma? Si tú no pudiste separarte de Amelia —agregó mirando a su cuñada, sentada, callada hecha un ovillo en un sillón—, ¿cómo piensas que él podría?Jakky enmudeció, él no podría siquiera respirar si Amelia