En la empresa, Archie está ansioso de que llegue la noche, por eso la reunión fue todo un éxito junto a su hermano, que se sorprendió con la gran ayuda que le dio para cerrar un negocio. Lo preocupante es la hora; se le hizo tarde, debe irse a arreglar y estar en el punto de encuentro antes de que Kiara llegue. Sale con gran afán de la sala de juntas hacia su oficina, donde no se esperaba encontrar a Susana, su secretaria.
—¡Susana! —le pregunta con voz interrogante y ella lo volteó a mirar asustada.
—Jefe… —tragó grueso.
—¿Qué haces aquí? Sabes que no puedes entrar sin mi autorización.
—Perdón… es que necesitaba unos documentos, señor, y de paso le traigo otra chocolatina, ya que la anterior usted la dejó y la del conserje la votó.
—Susana, que sea la última vez que entras a mi oficina sin autorización, y sobre la chocolatina, no me gusta el chocolate, odio el dulce, así que no tienes por qué tener un detalle así conmigo —espetó y se acercó al escritorio para agarrar su móvi