SLOANE D’MARCO
—No sé cuánta libertad me quedé, no sé hacia donde iré ahora que sé que estás embarazada, ahora que anhelo borrar todo y tener una vida diferente y una familia… Solo sé que quiero estar con mi hijo el mucho o poco tiempo que me quede. Quiero escucharlo decirme papá antes de que todo se vaya a la mierda —dijo mientras caminaba hacia la puerta.
—¿Me dejarás encerrada aquí? —pregunté angustiada, en cuanto él volteó tomó mi rostro entre sus manos y me besó, sus labios destilaban amor y tristeza, una tan profunda que conmovió mi corazón y lo hizo llorar.
—No hay candados en este departamento, si quieres irte, hazlo —contestó contra mi boca, pegando su frente a la mía—. Quiero que te quedes porque así lo quieres, porque me crees capaz de protegerte y amarte, pero eso ya lo decidirás tú.
De esa manera dio media vuelta y me dejó completamente sola con mis pensamientos y mi corazón roto.
Él tenía fe en que me quedaría por amor y en parte, sí, tenía razón, no quería alejarme d