SLOANE D’MARCO
—¿Cómo sabes eso? —pregunté con voz entrecortada y no quise verla a los ojos. Después de un silencio que pareció durar años, por fin Zafrina contestó:
—Tu madre me lo dijo… la última vez que la vi. Aún recuerdo ese día. Fui a dejarle un lindo vestidito para la princesita de la casa. —Me dedicó una sonrisa cargada de nostalgia y una mirada rota antes de acariciar mi mejilla—. Entonces ella me confesó que la señora Magnani, culpable o tal vez despechada, le dijo la verdad y le mostró pruebas de la infidelidad de tu padre.
»Me dijo que lo enfrentó, que lo aborreció, pero que sabía que no llegaría a ningún lado. Dijo que ya estaba cansada de pelear