William.
Estado durante días intentando tener una audiencia con mi hermano para poder hablar con él e intentar conversarlo de que deje vivir a Sofía pero él muy maldito se niego y todavía tiene el descaro de seguir mandándome su trabajo que tengo que seguir asiendo para mantener este maldito imperio en pie cosa de la que ya me estoy cansando y para mi mala suerte tengo que hacerlo totalmente solo ya que tuve que despedir a Diego por su imprudencia, cada minuto que pasa Sofía allí abajo me desespero cada ves más y más con el hecho de que no me permiten ir a verla, los guardias son muy leales a mi hermano, por fin esta mañana la emperatriz me concede verla, la miro en su palacio junto a mi sobrino que se mira fuerte y sano, hago una reverencia antes de sentarme frente a ella e intento mantener una sonrisa amable, la emperatriz ase una seña para que sus damas de compañía nos dejen solas.
-pensé que desearía hablar a solas.
-ya debe de saber de que quiero hablar.
-su aspecto me revel