***ABEL***
«¡Oh! ¿Qué hice?!».
A penas los gritos salieron de mi boca, me arrepentí y quise poder retrocederlos.
Se separó de mi. Sus ojos se llenaron de sorpresa y decepción.
Levantó el dedo índice y abrió la boca para decir algo, pero su labio inferior tembló avisando el llanto que se aproximaba.
—¡Lo siento amor, lo siento! —quise tocarla, pero volvió a retroceder.
—No me toques —habló con los dientes apretados. Giró su cuerpo y se metió en el baño encerrándose.
—¡Amor, lo siento! ¡Perdóname!
—¡Déjame sola! —gritó desde adentro y escuché su voz quebrarse.
Puse mis manos en la cabeza lamentándome por lo sucedido e intentando encontrar una manera de arreglar el daño que hice.
—Lo siento, mi amor. Perdóname, no debí gritarte, lo lamento tanto, cariño. Ábreme por favor, lo solucionaremos.
—No quiero verte y no quiero hablar, no ahora —la escuché sollozar y vomitar.
Debía decirle, debía contarle lo que sucedió aquel día por lo que no podía estar embarazada, ni lo podría estar