¿Qué más vas a esperar?

-Padre ¿Usted le dijo a ese hombre que yo soy la esposa que él está buscando? – Preguntó Novalee impactada –

-Sí, hija. El hombre es rico y tiene una flota de barcos y tanto su casa como la compañía están ubicados en Australia – Dijo el padre –

-Discúlpeme padre, porque no quiero ofenderlo, usted ha sido muy importante para mi desarrollo en ésta comunidad, pero ¿A usted no le parece que esto está  mal? – Preguntó Novalee con los codos apoyados en el escritorio y los ojos muy abiertos –

-Normalmente, te diría que tienes razón, pero sin embargo creo que en éste caso podemos confiar en que es un buen hombre y más importante hija: Te está ofreciendo la oportunidad de salir de éste pueblo para hacerte de una mejor vida de la que llevas aquí. 

-Yo – Intentó decir Novalee, pero el padre levantó una mano para indicarle que lo dejara hablar –

-Tú tienes un título, pero allá podrías hacer una especialización y trabajar en una gran universidad. Sería uno de los mayores beneficios y lo otro es – Dijo el padre haciendo una pausa y mirándola con ternura – Lo otro es que ya tienes 25 años -

-26. Tengo 26 años – Dijo Novalee –

-Bueno, ya tienes 26 años y pues, en éste pueblo no hay opciones de jóvenes para casarte. La mayoría han partido o se han casado. La realidad es que no quedan opciones. ¿Qué más vas a esperar? Tienes una gran oportunidad de avanzar en tu vida y lograr lo que siempre habías soñado. ¿Por qué no la aprovechas?

-Padre, yo lo siento mucho, pero yo no lo veo de la forma que usted dice – Dijo Novalee – A mí me parece muy peligroso aceptar esta oferta de matrimonio sin siquiera averiguar si todo es cierto y ¿Por qué un hombre con tanto dinero no ha sido capaz de encontrar a una esposa? Eso parece insólito, padre – 

-Pero no lo es – Dijo el padre Angus con fuerza de voz – Yo conocí a su padre y era un hombre de honor y de palabra, por lo tanto, sé que está diciendo la verdad –

-Bueno, padre, puede ser que ese hombre esté diciendo la verdad, pero yo no puedo aceptar casarme con él así nada más. Simplemente, no puedo, padre – Dijo Novalee –

-Bueno, tienes derecho a pensarlo, pero sólo será este día – Dijo el padre Angus – Mañana a esta misma hora deberás venir a darme tu respuesta y de corazón espero que no vayas a dejar pasar esta oportunidad –

-Está bien, padre. Aquí estaré mañana en la mañana para darle mi respuesta – Dijo Novalee levantándose de la silla –

-Ahora ve a trabajar. Ya mañana terminaremos de hablar – Dijo el padre Angus

Novalee, tenía un día muy ocupado y no podía distraerse pensando en la propuesta del padre, por lo que, cuando sonó el timbre de salida, ella se dirigió a su casa y al ir a la cocina para prepararse algo de comer, no pudo dejar de pensar en la propuesta que le  habían hecho llegar a través del padre Angus. Ella, no sabía qué hacer ni qué pensar al respecto. Ella era una chica sencilla de campo. ¿Qué podría brindarle a un hombre de negocios con dinero?

-¿Qué más vas a esperar? Novalee no podía dejar de pensar en la pregunta que le hiciera el padre Angus en su despacho. Desde que Grayson se fue su corazón de alguna manera seguía aferrado a que él volvería por ella. Ya habían pasado 8 años y ella había obtenido con mucho sacrificio el título de maestra y había obtenido un puesto como maestra en el colegio San Francisco donde ganaba un mejor salario que trabajando en la biblioteca. 

-No – Se dijo – No podía seguir quemando sus sueños y expectativas esperando a alguien que obviamente ya ni la recordaría. De todas formas, eran muy jóvenes. Se la pasaban corriendo y jugando por esos campos con las ovejas y las vacas. A veces, corrían hasta el río y otras veces corrían hasta las cercas que limitaban la propiedad. Lo cierto era que compartían un vínculo en el que había sido hecha una promesa de sacar el mundo de sus vidas y cuando estaban juntos, no existía nada más que sus miradas y juegos de palabras. 

Novalee también se había vuelto experta en escuchar a Grayson, ya que al principio, él era un muchacho introvertido. No hablaba mucho y sólo se sentaban a escuchar el río, hasta que un día, ella le pegó con una pequeña piedra en la cabeza y fingió estar molesto por lo que le hizo cosquillas hasta matarla de risa y luego, ambos salieron corriendo. Novalee solía escucharlo, sobre todo cuando se sentía frustrado por alguna discusión con su padre. Él solía desahogarse con ella mientras le lanzaba piedras al río pero luego de un rato se le pasaba y le hacía cosquillas hasta matarla de risa como era su costumbre y salía corriendo para que ella lo alcanzara.

Novalee lloró cuando tomó la decisión de irse, porque significaba que su corazón claudicaba en el deseo de esperar al que fue su primer y único amor. Es cierto que ella intentó tener citas mientras estaba estudiando la carrera y trabajaba en la biblioteca. Algunos chicos la invitaron a salir sin saber que no había nada qué hacer pues su corazón estaba tomado y cerrado con candado. Incluso, Greg, uno de los chicos que siempre demostró estar enamorado de ella, la invitó a salir y tuvieron algunas citas, después de las cuales, Novalee le soltó que no podía seguir saliendo con él, pues simplemente, no le gustaba y éste sólo le preguntó –

-¿Aún sigues enamorada de él? – A lo que ella respondió con los ojos llenos de lágrimas –

-Sí –

Desde ese día su soledad se hizo más evidente y la llenaba con mucho trabajo en la universidad y luego en el colegio. Nunca más se atrevió a preguntarse por Grayson. Era como si hubiese dejado enterrado todo en un baúl y hubiera botado la llave hasta el día en que el padre Angus la llamó a su oficina. Todo esto, la llevó a tomar la decisión de aceptar la propuesta de matrimonio del hombre desconocido y a la mañana siguiente se sentó frente al escritorio del Padre Angus y le dijo:

-Buenos días, padre. He venido a comunicarle mi decisión –

-Muy bien, hija – Dijo el padre Angus - ¿Qué decisión tomaste?

-Padre,  He decidido aceptar la propuesta de matrimonio de éste hombre – Dijo Novalee –

El Padre Angus asintió con la cabeza y con una pequeña llave abrió un gran estante de donde sacó un sobre de manila grande, el cual puso sobre el escritorio frente a ella.

-Padre – Dijo Novalee nuevamente –Tengo que confesar que tengo mucho miedo de hacer esto. Yo entiendo que usted es un sacerdote con creencias espirituales que no son las mismas que mucha gente tiene y son muchas las cosas que pueden salir mal con éste hombre, Padre Angus. No sé. Yo podría terminar saliendo en alguna página de sucesos.

-¡Ni lo quiera Dios hija mía! ¡Ánimo! ¡Todo va a salir bien! – Dijo el Padre sentándose en su silla y sacando los documentos que estaban dentro del sobre – Primero que nada debes firmar éstas tres copias. Son muy importantes – Dijo el Padre Angus entregándole una pluma fuente con lo que ella escribió su firma en los tres documentos, regresándoselos al Padre –

-¿Eso es todo? – Preguntó Novalee –

-No. Ahora debo hacerte entrega de lo que hay aquí – Dijo el padre – que son dos chequeras a tu nombre para que la uses en lo que necesites. Una tarjeta de crédito a tu nombre y por aquí también hay una cantidad de dinero en efectivo –

-¿Qué? ¿Chequera? ¿Tarjeta? – Dijo Novalee tomando todo lo que el Padre Angus le estaba dando – Pero ¿Cómo voy a usar todo eso si ni siquiera sé cuál es el límite?

-Tú tranquila, porque lo que éste hombre me dijo es que son ilimitadas, así que puedes gastar lo que quieras. Me dijo que en la chequera puedes poner la cantidad que quieras y no habrá problemas – Dijo el Padre Angus –

-¿ilimitadas? – Dijo Novalee observando todo lo que tenía en su mano. Después que le había costado tanto esfuerzo sobrevivir todos esos años, ahora podía tener todo lo que había soñado y más gracias a un benefactor que todavía no conocía –

-Sí. Ilimitadas. Él dijo que vas a necesitar muchas cosas para prepararte para el viaje que harás hasta Australia, donde él te estará esperando – Dijo el Padre Angus –

-¿Qué? ¿El viaje? ¿A Australia? – Preguntó Novalee todavía en shock –

-Sí, hija. Viajarás en barco. Creo que él me dijo algo sobre unos cruceros pero ésta cabeza mía ya no retiene tanta información – Dijo el Padre Angus riendo – Lo que sé con certeza es que tomarás un barco que te llevará a Australia –

-¿Iré en barco hasta Australia? – Preguntó Novalee en shock total – ¡Yo jamás he salido de mi pueblo a otro estado! ¿Y voy a tener que viajar en barco hasta otro continente? – Dijo dejando todo lo que tenía en sus manos y lanzándose hacia atrás con las manos en la cara –

El Padre Angus se paró de su silla para pararse al lado de Novalee con una mano en su hombro.

-Novalee, hija. Yo sé que esto es demasiado intempestivo para una muchacha como tú, acostumbrada a una vida sencilla, pero créeme cuando te digo que tú estás preparada para esto. Tú has esperado por muchos años a que un verdadero milagro se realice en tu vida y éste es el milagro Novalee. Éste es el momento en que tu milagro se hará realidad al decirle que sí a la vida. Éste es el comienzo de una nueva vida. Una gran oportunidad que no debes dejar escapar. Sólo una tonta no lo vería como una oportunidad y que yo sepa tú no eres tonta porque te graduaste de una universidad.

Novalee se quitó las manos de la cara y miró al Padre Angus con una sonrisa.

-¿Qué voy a hacer sin usted Padre para que me dé los consejos? – Preguntó Novalee –

-Siempre existe el teléfono. Puedes llamarme si es que no estás muy ocupada con tu vida llena de lujos y esas cosas – Dijo el Padre sonriendo y palmeándole el hombro –

-Voy a hacerle un cheque. Una donación para la iglesia y el colegio – Dijo Novalee –

-¡Tú no vas a hacer nada de eso! – Le dijo el Padre Angus volviendo a su escritorio – Porque él dejó muy claro que ese dinero era para ti y todos tus gastos que tendrás por el viaje. Además, él ya envió una muy buena donación y dijo que seguiría enviando más –

-¿Así que es creyente? – Preguntó Novalee –

-¡Ay muchacha! ¡Ni te imaginas cuántos creyentes tiene la iglesia que están por fuera de ella! Pero ese no es el tema ahora. Tienes muchas cosas que organizar como la ropa que necesitarás y quién se quedará a cargo de tu casa. Tómate unos días libres y deja todo organizado con el colegio también – Dijo el padre Angus entregándole un tiquete con una hermosa fotografía de un crucero en él –

-Celebrity Magic Cruises – Leyó Novalee en la portada del tiquete y al abrirlo, vio su nombre impreso en él con su número de identificación – ¡Todo es cierto! ¡Me voy de viaje a Australia y en un Crucero! – Dijo Novalee con asombro y alegría al mismo tiempo –

Los siguientes días fueron una locura dejando todas sus cosas organizadas y yendo de compras, cosa que nunca había hecho en toda su vida. Al menos, no de ésta manera donde podía escoger lo que quisiera y comprarlo, por lo que le llevó dos días comprar ropa, calzado, bolsos y otras cosas necesarios para pasar 15 días en un crucero. 

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