El embarque

El taxi se seguía acercando al puerto donde ella sabía que su destino cambiaría. Ya había olor al salitre del mar. Pronto vio el puerto y también pudo ver el grandioso crucero blanco, el cual desde donde ella estaba contaba 11 pisos, pero no sabía si estaba en lo correcto. Se bajó del taxi y tomó las maletas después de pagarle al chofer. Tomó una respiración profunda porque su corazón comenzó a latir como loco. 

-¿Esa era una buena o mala señal? – Se preguntó Novalee comenzando a caminar hacia la zona de embarque donde había una pequeña terminal recibiendo a los pasajeros. Se fue acercando lentamente, ya que la entrada hervía de movimiento de personas con equipaje como ella y aunque eran muchas personas, se veía que todo fluía con tranquilidad.

Gracias al personal del barco, se ubicó en una cola para una de las 20 taquillas que estaban realizando el check – in de los pasajeros. Fluía con rapidez por lo que pronto estuvo frente a la joven que le recibió su pase de abordaje y sus documentos. Ésta le dijo que su boleto indicaba que ya todo estaba pago y que podía dirigirse a abordar y un empleado se encargó de sus dos maletas grandes y ella se quedó con su bolso y una maleta de rueditas. Llegó a unas puertas de vidrio que llevaban a un puente colocado para poder hacer el abordaje. Cuando le tocó su turno entró al barco y estaba segura de que nada en su vida, la hubiera podido preparar para esto, porque parecía un palacio con escaleras y ascensores. Parte del personal se encontraba apostado en filas a cada lado de la puerta para recibir con sonrisas a los pasajeros. 

Novalee sólo sonreía y saludaba asintiendo con la cabeza, mientras miraba a todos lados  arrobada. Su cabello dorado resaltaba sobre el conjunto de chaqueta blanca que había escogido para ese día haciendo juego con unas botas de tacón.

Al llegar al final de la fila de la tripulación había un hombre alto y moreno de cabello castaño junto a otro hombre y una mujer. Todos uniformados con impecable pantalón y chaqueta  blanco y gorra que lo distinguían como alguien de rango allí. Novalee pensaba seguir de largo, pero tenía su vista anclada con la de él. De pronto vio que le sonrió extendiendo la mano.

-Bienvenida a bordo señorita. Permítame su pase de abordar por favor – Dijo con una sonrisa –

Novalee lo llevaba en la mano así que se lo entregó para que él lo leyera y al parecer, encontró algo gracioso, porque sonrió ampliamente para volver a mirarla, pero no le habló a ella sino al miembro de la tripulación que estaba a su lado con uniforme impecable también.

-Priority check – in – Dijo el hombre todavía con la sonrisa a la cual Novalee respondió automáticamente y el hombre le entregó el pase de abordaje al que estaba a su lado y se volvió a verla a ella nuevamente – Soy el capitán. Mi nombre es Alan Wrihgt, señorita Jones. Es un placer tenerla con nosotros. Bienvenida al Celebrity Magic Cruises –

-Muchas gracias, Capitán. Es usted muy amable – Respondió Novalee con una sonrisa –

-Espero que tenga usted un viaje agradable y por supuesto, está invitada a la cena de bienvenida que se hace a todos nuestros pasajeros – Dijo el Capitán –

-Muchas gracias, pero no sé si sabré llegar. Esto es tan grande – Dijo Novalee – 

-No se preocupe. Siempre hay personal ubicado para enseñar el camino. Por ahora, póngase cómoda y en este momento, la acompañarán a su camarote – Dijo el Capitán asintiendo levemente con la cabeza –

-Gracias – Volvió a decir Novalee siguiendo al jóven por uno de los largos pasillos alfombrados y en el fondo del cual, se encontraba un ascensor –

En el lobby del barco se había quedado el Capitán mirando a Novalee alejarse cuando escuchó que alguien carraspeaba a su lado.

-Volveré al puente para observar que todo se esté haciendo correctamente – Dijo el Capitán –

-Disculpe, Capitán pero usted había dicho que estaríamos aquí chequeando el abordaje de los pasajeros – 

-Creo que todo se está llevando a cabo muy bien. Los dejaré a ustedes dos encargados de seguir en éste puesto de observación. Me retiro al puente – Y sin decir más, el Capitán se retiró dejando a sus dos tripulantes extrañados –

-¿Fui yo o eso estuvo sumamente extraño? – Preguntó la mujer sin dejar de sonreír y dar la bienvenida a los pasajeros –

-Eso estuvo sumamente extraño – Dijo el hombre –

-¿Crees que tenga que ver con la mujer que abordó? – Preguntó la mujer –

-Ya sabes que el Capitán siempre es muy reservado, pero al parecer sí, pero igual, habrá que averiguarlo – Dijo el hombre – Cuando regrese Andy le preguntaremos en que camarote está alojada y por ahí sabremos –

-Muy bien – 

Cuando Novalee entró a su camarote a donde la llevó el joven de la tripulación, se maravilló. Era una habitación lujosa con una sala. A mano derecha una pequeña cocina con una nevera ejecutiva y a mano izquierda unas puertas dobles que llevaban a una habitación de ensueño en colores pasteles adornada con algunos jarrones llenos de rosas frescas que impregnaban con su olor todo el lugar. Sábanas de seda. Tocador y un juego de muebles a los pies de la cama. Closet y una puerta que llevaba al baño. Había catálogos con toda la distribución del barco y con las diferentes actividades que ofrecían. En la mesita de noche, encontró un sobre beige con una cinta roja. Tenía el logo del barco. Era la invitación para la cena de bienvenida para todos los pasajeros en el salón principal.

Novalee se asomó por las boyas desde donde se podía ver el movimiento de todo el puerto. Todo era muy bello y excitante. Se volvió a sentarse en la cama. Se tomaría unos minutos antes de desempacar la ropa que tenía en la pequeña maleta.

-¿Qué le depararía ésta aventura? – Se preguntaba Novalee – ¿Y cómo sería su esposo? –

No podía dejar de hacerse esa pregunta – ¿Sería un buen hombre? Porque había hombres ricos que eran muy crueles. ¿Acaso él esperaba que ella se enamorara de él? – Y la verdadera pregunta era – ¿Podría enamorarse ella de él? Eran tantas incógnitas las que la separaban de su futuro que tenía que hacerlas a un lado para seguir adelante esperando lo mejor, además el padre Angus, quien la había conocido toda la vida, fue quien la puso en contacto con ese hombre, así que debía confiar y esperar lo mejor –

Pensaba en lo que se pondría para esa cena. Se imaginaba que era algo casual. De pronto, comenzó a sonreír, porque sus actividades sociales consistían en las actividades que se hacían en el pueblo, bailes, ferias, encuentros, presentaciones de música, etc. Nada como una elegante cena a bordo de un crucero con el Capitán y su tripulación. Esto la tenía a la expectativa de lo que podría suceder. 

Bueno, al menos, tenía 15 días para disfrutar en el crucero antes de conocer a su esposo y enfrentar la realidad de lo que sea que le deparaba el destino.   

Desde que habló con el Padre Angus en su oficina se le habían revuelto todos los recuerdos dentro de su corazón y salían como si fueran cataratas de agua para poblar su mente de donde habían sido desterrados hacía tanto tiempo. Se levantó y comenzó a organizar su maleta y esperaba que le trajeran las dos grandes que era donde tenía toda su ropa nueva.

Novalee recordó la vez que se hizo la fiesta conmemorativa del pueblo donde todos ayudaban a decorar el granero de una de las familias y entre todos contribuían con adornos, música y bebidas. Eso tomaba como dos semanas y Novalee por lo general era invitada a ayudar con la decoración. Debido a esto, ella debía compartir con todo el comité estas actividades. Allí se encontraba Emily, quien siempre andaba detrás de Greyson tratando de llamar su atención y también se encontraba Greg, quien estaba interesado en Novalee, pero ella no le prestaba atención.

Un día antes del baile, Greg esperó a Novalee a la puerta del instituto para preguntarle si quería ir con él, pero ella se negó diciendo que por ser del comité estaría desde temprano allí y no se dio cuenta que Greyson pasó por allí en ese momento. Ese día, cuando llegó a trabajar al rancho la trató con frialdad, parecía molesto y no lo volvió a ver en toda la tarde. Al día siguiente ocurrió lo mismo y ella se fue temprano para arreglarse. Una de las señoras servidora de la iglesia la ayudó a encontrar un vestido entre toda la ropa donada para la caridad. 

Novalee recordó que era un vestido amarillo con florecillas. El escote era redondo y se puso sus sandalias de tacón que se veían muy bien. Se recogió su cabello rubio a medio lado con flores y se aplicó un poco de maquillaje. Al llegar a la fiesta, Novalee se fijó que ya habían algunas personas y se fue directamente al puesto de bebidas donde le habían dicho que ella trabajaría por un rato y desde donde se tenía una buena vista de todo el salón. 

-¡Hola Novalee! – Dijo Ben uno de los chicos del instituto bastante tímido – 

-Hola Ben! ¿Quieres una bebida? – Preguntó Novalee –

-Sí, gracias – Respondió Ben y Novalee procedió a servirle la bebida y entregársela –

-¿Algo más? – Preguntó Novalee al verlo que no se movía –

-En realidad sí – Dijo el muchacho volteándose a ver a dos amigos parados muy cerca que lo animaban a hablar – ¿Quería preguntarte si bailarías conmigo, Novalee? –

-¡Claro que sí, Ben! ¡Bailaré contigo! – Dijo Novalee con una sonrisa y volviendo a encargarse del puesto. 

-¡Hola, Novalee! – Dijo Greg saludando a Novalee con su gran sonrisa. Al parecer, pensaba que era el más guapo de todo el pueblo – 

--¡Hola, Greg! ¿Cómo estás? – Preguntó Novalee con una sonrisa – ¿Quieres una bebida? –

-En realidad, me gustan con más alcohol pero te la aceptaré – Dijo Greg tomando el vaso con la bebida que le dio Novalee – ¿Bailarás conmigo, Novalee?

-¡Claro, Greg! ¡Claro que bailaré contigo! – Dijo Novalee sonriendo y viendo que este se retiraba, volvió su atención a la puerta donde se escuchaba un barullo de personas hablando y riendo alto. 

-¿Quién acaba de llegar? – Preguntó su amiga Daisy, ya que estaba interesada en ver llegar a Brad el chico que le gustaba – Es Grayson. Llegó Greyson, Novalee –

-¿Acaso crees que estoy ciega? Ya lo vi – Dijo Novalee al constatar que no había ido solo a la fiesta –

-¡Oh no! – Dijo Daisy – Vino con esa pesada de Candi – No sé cómo lo soportas Novalee

-No entiendo de qué hablas – Dijo entregando una bebida a otra persona y observando que Grayson saludaba a todos con Candi colgada de su brazo. A ella, esa situación le molestaba pero qué podía hacer. Grayson la trataba como una amiga y nada más. No había nada qué decir o reclamar. Aunque, esa mujer era odiosa. Le gustaba humillar a Novalee por trabajar de servicio en el rancho  –

-No te hagas. Todos sabemos que estás enamorada de él. No sé cómo soportas a esa Candi todo el tiempo detrás de Greyson –

-Mejor vamos a hacer nuestro trabajo Daisy antes de que la señora Hungtinton venga a reclamarnos – Dijo Novalee seria –

-¡Buenas noches, Novalee! – Dijo Greyson y a Novalee el corazón quería salírsele del pecho de lo desbocado que lo tenía. Era el amor de su vida y ella lo sabía desde entonces –

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