Novalee estaba parada en el malecón que daba a la hermosa playa. Pasaban muchas personas por allí caminando, trotando o en bicicleta. Era un espectáculo realmente bonito. Nunca había visto el mar antes de éste viaje y le parecía fabuloso. En su pueblo lo que había era río y era a donde iban en los viajes escolares y familiares.
Grayson se acercó a ella para abrazarla, por lo que interrumpió sus pensamientos.
-Vamos a almorzar. Desde allá te puedes sentar cómoda y seguir disfrutando de ésta hermosa vista – Dijo Grayson –
Después de ordenar lo que iban a comer, el mesonero les trajo sus platos.
-¡Todo se veía exquisito! – Pensaba Novalee pero no dejaba de pensar en todo lo que dijeron los Westinghouse. Sentía su estómago comprimido. No entendía bien cuál era la situación y necesitaba aclararlo con Grayson –
-¿No te gusta la comida? – Dijo Grayson – Podemos pedir otra cosa si quieres –
-No. No te preocupes. La comida está bien – Dijo Novalee –
-¿Y entonces? – Preguntó Grayson –
-No enten