El elevador nos lleva hasta el estacionamiento, Jason hala de mi mano y hace su camino hacia el auto. Mis alertas se encienden, no nos podemos ir. Le miró de forma interrogativa una vez estamos frente al auto pero él está mirando a los lados, como si buscara a alguien.
—¿Jason? —centra su atención en mi—. ¿Qué hacemos aquí?
Él sonríe pero no contesta. Vuelve a mirar a nuestro alrededor y luego me besa, duro. Gimo en el beso y me aferro a sus brazos para obtener estabilidad. De repente siento que se mueve, sin dejar de besarme y cuando me doy cuenta estamos dentro del auto. En el asiento de atrás.
Sus besos se dirigen a mi cuello y sus manos a la pretina de mi pantalón. Abro mis ojos.
—¿Aquí? —jadeo.
—Aquí —dice bajando lentamente mis pantalones por mis caderas.
—La puerta sigue abierta &mdas