"Sí. No me gusta nada relacionado con el arte del té. Mi familia me obligó a aprenderlo y por eso viajé al extranjero para completar mi educación. No quiero seguir escuchándolos". Julieta charló con Avery, todo el tiempo centrándose en su verdadera intención.

Avery no se parecía a nada que ella hubiera imaginado antes. Por su aspecto, Avery no parecía ser una persona horrible.

"Julieta, ¿te parece bien que te pregunte por las cicatrices de tu muñeca?". Avery vio las muñecas de la otra mujer y se dio cuenta de que eran marcas de un intento de suicidio.

Julieta no esperaba que Avery le prestara atención a su muñeca y se sintió incómoda ante la pregunta. "Tuve una gran pelea con mi familia cuando decidí venir a Aryadelle a estudiar. Mi padre no quería que estudiara en el extranjero", dijo Julieta con calma. "A veces hay que pagar un precio cuando quieres algo. Éstos fueron mis precios a cambio de mi libertad".

Avery asintió, imaginando la escena de Julieta cortándose la muñeca.

"Lo c