Capítulo 104
La sonrisa de Chelsea desapareció. “Nunca has tenido ojos para mí, ¿cierto?”.

Elliot respondió: “Encuentra a alguien que los tenga”.

Chelsea se dio la vuelta y se fue.

Por la noche, Chelsea estaba triste y le pidió a Charlie que tomaran un trago.

Charlie se dio cuenta de que ella estaba desanimada y le dijo descortésmente: “No le gustarás a ningún hombre si luces así”.

Los ojos de Chelsea estaban rojos de ira. “¡Ya estoy bastante cansada en público! ¡¿Es necesario que finja en mi propia casa?!”.

Charlie le sirvió una copa de vino mientras la consolaba: “Chelsea, todavía no estamos en sintonía como hermanos. Si me escuchas, lo conseguirás todo”.

Chelsea bebió de un trago el vino y le preguntó con los ojos enrojecidos: “¿Puedo tener a Elliot?”.

Charlie la rodeó con sus largos brazos, se inclinó más cerca y le susurró al oído: “No puedes tenerlo vivo, pero si está muerto, puedo darte sus cenizas. Esto significa que lo tendrás indirectamente. ¿Qué te parece?”.

¡La expresión de Che
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