El medico como todos los días, les daba el informe del estado de Lautaro, su seriedad y solemnidad a la hora de darles el parte no les trasmitía mucha paz.
Julieta aferrada a sus hijos lo escuchaba con una angustia tal que ni siquiera podía hablar.
_ Entonces doctor, ¿todo sigue igual? _ dijo ella con un hilo de voz _ ninguna reacción, ¿Nada?
El medico negó con la cabeza.
_ Por ahora no. Pero que siga estable, es una buena noticia dentro del panorama que teníamos, usted es doctora y lo sabe muy bien _ le dijo mirándola seriamente _ en cuanto a su pedido, no es conveniente aún trasladarlo a vuestra clínica, esperemos unos días más. ¿Le parece?
Ella asintió, Aitana apretó muy fuerte el brazo de su madre.
_ Al menos, ¿Podemos pasar a verlo? _ preguntó la joven con congoja.
El medico asintió.
_ Pueden pasar, pero de a uno y no mucho tiempo _ le dijo el doctor _ Creo que será bueno para él.
Julieta fue la primera que ingresó, no iba a prisa entró casi volando a ver a su amado espos