Capitulo 32 Irónicos.
_ ¿Quieres que nos vayamos? _ le dijo Paul _ Dime... amigo, hacemos lo que tú quieras.
Nick lo miró desencajado.
_ ¡¿Pero te volviste loco?! _ susurró enojado _ ¿Quieres qué escape del cumpleaños de la hija de mi amigo por esa mujer? ¡M*ldita sea mi suerte! ¡habiendo tantos bailarines en el mundo, los contratan a ellos!
_ Bueno, yo decía nada más_ dijo Paul.
Todo el empeño que él había puesto para olvidarla fue derribado en un segundo. Ahí estaba ella emponderada y hermosa como si fuese una mitologica amazona.
Y otra vez, provocándole el mismo e inexplicable sentimiento : el de poseerla como lo había hecho aquella noche un año atrás en Buenos Aires...
_ ¡Por Dios Nick! es maravillosa. Ahora entiendo tu obsesión _ le dijo sonriendo Paul _ verla bailar así, despierta hasta a los muertos... ¡uff que mujer!
El lo miró y apretó los labios. Podría odiarla mucho pero, no quería escuchar a ningún hombre hablar en ese tono de deseo hacia ella.
_ ¡Callate, no hables así! _ le dijo enojado