Esta acción dejó a todos boquiabiertos.
Este tipo está completamente loco. ¡Cómo se atreve a golpear incluso a Atilano! ¡Definitivamente, está buscando que algo le pase!
La multitud miraba a Miguel con gran incredulidad, con expresiones de confusión y asombro total en sus rostros.
Incluso Filiberto quedó perplejo, mirando muy incrédulo a Miguel.
Azucena, que siempre estaba un paso adelante en sus planes, nunca esperó esta asombrosa escena.
Miraba aterrada a Miguel, como si estuviera viendo a un verdadero fantasma.
Incluso Genaro, que acababa de levantarse, estaba visiblemente aterrorizado.
Sabiendo quién era Atilano, golpearlo era simplemente buscar un suicidio.
Américo, al lado, estaba horrorizado y gritó: —¡Loco, te estás buscando la muerte!
Instantáneamente, una poderosa presión se desató de él, llenando la sala por completo y dejando a todos sin aliento.
La energía espiritual destellaba a su alrededor mientras se abalanzaba directamente sobre Miguel, una garra extendida con un