—¿Qué te parece esto? Voy con ustedes y me reúno de inmediato con tu jefe y Neizan. Estoy seguro de que puedo sacarle la información correspondiente que tanto necesitan.
—Pero antes de eso, tienes que prometer que no lastimarán a nadie en este hotel. Si aceptas, te desato ahora mismo y nos vamos juntos a ver a tu jefe. ¿Qué te parece?
El jefe del grupo capturado pensó por un momento y luego dijo: —No puedo prometer eso es demasiado, pero puedo llamar a mi jefe y puedo pedirle el permiso necesario.
Simón respondió: —Está bien, haz la llamada que quieras.
Simón marcó el número del celular y le pasó al hombre. Después de una rápida conversación con su jefe, el hombre afirmó y dijo: —Nuestro jefe acepta tu propuesta por completo. Nos están esperando en el Hotel Real.
—Perfecto. Entonces vámonos tan pronto podamos.
Simón desató al hombre y, de manera sorprendente y muy tranquila, lo ayudó a cargar a sus compañeros heridos al auto que estaba afuera.
Luego, el jefe del grupo se sentó al vol