Al escuchar a Arcadio hablar de los viejos tiempos, Simón comenzó a entender con claridad ciertas cosas...
Sin embargo, Xoan, que estaba arrodillado en el suelo, quedó en ese momento tan aterrorizado por las palabras de Arcadio que comenzó a babear y se desmayó.
En efecto, Xoan era el único de la familia Contador que conocía muy bien la ferocidad y brutalidad con la que Arcadio había arrasado con toda la familia Contador en su época de locura.
Frente a esta situación, Simón miró fijamente a Arcadio y le dijo: —Dado que conoces la situación de la familia Contador, ¿no piensas asumir la gestión?
Al oír esas palabras, Arcadio sacudió la cabeza y respondió: —Si puedes presentar un elixir que pueda devolverle la vida a mi esposa, puedes tomar todo lo que hay en la familia Contador en este momento...
—La riqueza en manos de estos inútiles avaros será una calamidad para los demás, y eso es algo que no quiero ver.
—No tengo ningún elixir divino...
—Pero confío en lo que dices.
—Además, no es