Esa noche, todos los poderosos de nivel sagrado en Eldoria recibieron la orden de Aetwud. Sin dudarlo, se dirigieron a toda prisa hacia Nubéria.
Cincuenta y tres de nivel sagrado y siete de nivel sagrado superior, algunos expertos en combate se dirigieron hacia allí. Era una batalla de grandes proporciones épicas que ningún cultivador quería perderse y lamentarían toda su vida si la perdieran.
...
Transcurrida la tarde del día siguiente.
Simón estaba en la torre de vigilancia del castillo, observando la majestuosa y turbulenta superficie del mar. Y de repente, Teófilo y su padre, Laureano, llegaron apresuradamente.
—¿Ya está listo el pasaporte? — preguntó Simón muy tranquilo sin mostrar reacción alguna.
Teófilo, un poco sudoroso y tartamudeando, respondió: —Sí, ya está listo.
Simón arrugo un poco el ceño, los miró y preguntó muy despacio: —¿Hay algún problema?
Teófilo miró a su padre y Laureano dijo: —Señor, Aetwud, el primer poderoso de El Reino de Eldoria, ha ordenado que todos