Sophia no podía creer donde estaba, todos en el país sabían de los elegantes centros comerciales Clever aunque no todo el mundo tuviera el dinero suficiente para poder ir a comprar a uno. Era como cualquier otro centro comercial pero con locales de marcas caras y con clientes que se creían la gran cosa por presumir allí su dinero.
Lo que no entendía era porque Erick siendo un hombre ridículamente rico que usaba trajes a medida de marcas exclusivas, quisiera comprarse algo allí.
– No le des muchas vueltas, venimos a comprar cosas para mi frijol, ¿recuerdas?
– Nuestro
– ¿Qué sabes acerca de Clever?
– Pues es una cadena que se posicionó en el mercado rápidamente y ahora inició su expansión en el plano internacional
– ¿Sabes a quién pertenece?
– No, solamente sé