72. Una dura elección
En ese momento, Mariel reunió valor y se dio la vuelta para mirar de frente a sus hermanos. Los cuatro quedaron perplejos. Por un lado, no la reconocían del todo; por otro, no podían creer que estuviera al lado del rey.
—Mariel… —murmuró Héctor, dando un paso al frente.
Karim, de inmediato, la protegió con más fuerza. —Le pido que no se acerque a mi prometida —dijo con seriedad.
Mariel lo miró, atónita. —¿Qué estás haciendo? —susurró, desconcertada.
—Estoy pidiéndote que seas mi esposa… de una forma no muy sutil —respondió Karim con una sonrisa.
—Y yo debo pedirle que retire sus manos de mi hermana —dijo André, apretando los dientes. Tenía claro que lo que Matías había sospechado era cierto: se habían llevado a Mariel del castillo.
Damián percibió el creciente enojo de André y se apresuró a intervenir.
—Mariel, ven con nosotros. Nos vamos a casa —ordenó con tono autoritario.
Ella se sintió abrumada. Eran demasiadas emociones: el reencuentro con su familia, el gesto de Karim, la presión