—Le agradezco mucho, profesor. Me encantaría aceptar su oferta, pero debo pedirle permiso a mi mentor antes de hacer algo así —respondió Serena con respeto. Ella sabía que Héctor y André tenían la última palabra sobre sus decisiones.

—Hablaré con él, no te preocupes. Ahora ve, o llegarás tarde a tu próxima clase.

Serena asintió y salió del aula. Afuera, Luca la esperaba impaciente.

—¿Qué te dijo el profesor? —preguntó con curiosidad apenas la vio.

—Nada importante. Solo me dio algunos comentarios sobre el combate —respondió Serena con evasiva. Prefería mantener la verdad en secreto.

El resto de sus clases fueron con estudiantes nuevos para ella. Le resultó difícil entablar conversación o acercarse a alguien. Serena seguía siendo muy callada y, a pesar de conocer muchas respuestas y técnicas, evitaba destacar. No podía arriesgarse a sobresalir demasiado.

Aun así, su presencia generaba interés. Sin buscarlo, los demás se sentían atraídos por su aura misteriosa y reservada. Muchos intenta